Por Sebastián Muzi
El Sistema Nacional de Areas de Conservación (Sinac), junto con el Ministerio de Ambiente y con el apoyo de la Cámara de Turismo local, organizaron ayer una charla con las fuerzas vivas en el hotel @wyndhamtamarindo, donde abordaron la problemática de los cocodrilos en Costa Rica.
En primer lugar, y haciendo referencia a los últimos casos de víctimas mortales tanto de humanos como de animales, las autoridades aseguraron que estos reptiles son fundamentales para el equilibrio del ecosistema, y descartaron que haya sobrepoblación, tal como argumenta parte de la ciudadanía.
“Los cocodrilos no viven de comer gente, porque sino se morirían de hambre. Ellos comen cuando las personas invaden su hábitat, sobre todo cuando están cerca de sus crías”, aseguró Mauricio Méndez Venegas, biólogo del Area de Conservación Tempisque Minae-Sinac-ACT.
“Cuando hay una alerta, se toma en cuenta la interacción. Si el cocodrilo está en un área como un colegio (como ocurrió en Villarreal) o en una alcantarilla (Quepos), se lo atrapa y se lo saca porque está en un hábitat que no es suyo. Pero no se lo mata. Se toma cada caso en particular, y en el caso de la muerte del río Cañas, el Sinac le pidió a la policía sacrificar el animal porque no había manera de recuperar el cuerpo”.
En Tamarindo hay una estimación de 19 cocodrilos, o sea 3,17 individuos por kilómetro. En cambio, en otras zonas como Nosara la población es de 85, con 8,50 cocodrilos por kilómetro, mientras que Bongo es la zona de mayor proporción con 293 cocodrilos, una cifra que da 26,64 individuos por km.
Para intentar disminuir los acercamientos de la gente a estos animales, la Municipalidad de Santa Cruz le donó al Sinac 50 rótulos de “No alimentar y no nadar” para colocar en distintos puntos del cantón, ya que parecen no alcanzar las advertencias.
Por otra parte, tanto los funcionarios nacionales como los participantes de la reunión han criticado fuertemente a la gente que le da de comer pollos desde los puentes, como pasa en el río Tempisque, como así también los riesgos por sacarse una selfie cerca de los cocodrilos, cuyos antepasados fueron nada más y nada menos que los dinosaurios.