En un movimiento estratégico que podría cambiar el panorama tecnológico de América Latina, Costa Rica está emergiendo como un candidato principal para convertirse en el Silicon Valley de la región, según un informe del prestigioso medio The New York Times.
La nación centroamericana se está posicionando como una pieza esencial en el enorme esfuerzo de Estados Unidos por reducir su dependencia de microchips de China, un país que desempeña un papel crucial en el empaquetamiento y prueba de estos diminutos dispositivos que impulsan desde teléfonos inteligentes hasta aviones de combate.
Este movimiento se fundamenta en la sólida infraestructura tecnológica que Costa Rica ha venido construyendo desde la década de 1990, cuando Intel estableció una fábrica cerca de San José para llevar a cabo precisamente estas tareas. Este hito marcó el comienzo de un crecimiento exponencial en la industria tecnológica del país, atrayendo más fábricas e industrias y, por ende, creando una fuerza laboral cada vez más especializada en tecnología. Hoy en día, las exportaciones de dispositivos médicos se han convertido en la categoría más grande de exportaciones de Costa Rica, superando al café y los plátanos que alguna vez fueron sus principales productos de exportación.
El respaldo de Estados Unidos ha sido fundamental en este ascenso tecnológico de Costa Rica. En julio del año pasado, Estados Unidos designó a Costa Rica como el primer país aliado estratégico bajo la ley de semiconductores y ciencia, destacando así la importancia que tiene el país en la cadena de suministro de tecnología a nivel global.
“Costa Rica cuenta con incentivos que lo posicionan como un actor relevante y parte de la solución para reducir la excesiva dependencia de Asia en la manufactura de semiconductores”, afirmó el ministro de Comercio Exterior, Manuel Tovar.
Tovar, informó que la capacitación y el fortalecimiento de la mano de obra especializada se harán mediante un centro regional con programas educativos que fortalezcan la industria tecnológica, microelectrónica y de semiconductores.
El gobierno dice que fórmulas similares han tenido resultados muy exitosos, como la industria de dispositivos médicos, acogida por la Ley de Régimen de Zonas Francas, en lugares con un área delimitada y con un conjunto de incentivos que el Estado otorga a las empresas que realicen inversiones nuevas en el país.
En un mundo cada vez más impulsado por la tecnología, Costa Rica está demostrando que su tamaño geográfico no limita su capacidad para convertirse en un líder regional en innovación y tecnología. Con el respaldo de socios estratégicos y una fuerza laboral altamente capacitada, el país está en camino de convertirse en un verdadero Silicon Valley latinoamericano.
“Could Costa Rica be the next ‘Silicon Valley’?”
In a strategic move that could change the technological landscape of Latin America, Costa Rica is emerging as a leading candidate to become the Silicon Valley of the region, according to a report from the prestigious publication The New York Times.
The Central American nation is positioning itself as a crucial piece in the massive effort by the United States to reduce its dependence on microchips from China, a country that plays a crucial role in the packaging and testing of these tiny devices that power everything from smartphones to combat aircraft.
This movement is built on the solid technological infrastructure that Costa Rica has been building since the 1990s when Intel established a factory near San José to precisely carry out these tasks. This milestone marked the beginning of exponential growth in the country’s technology industry, attracting more factories and industries, and consequently, creating an increasingly specialized technology workforce. Today, medical device exports have become Costa Rica’s largest export category, surpassing coffee and bananas that were once its main export products.
The support of the United States has been fundamental in this technological ascent of Costa Rica. Last July, the United States designated Costa Rica as the first strategic allied country under the Semiconductor and Science Law, highlighting the country’s importance in the global technology supply chain.
“Costa Rica has incentives that position it as a relevant actor and part of the solution to reduce Asia’s excessive dependence on semiconductor manufacturing,” said Minister of Foreign Trade Manuel Tovar.
Tovar reported that training and strengthening of specialized labor will be carried out through a regional center with educational programs that strengthen the technology, microelectronics, and semiconductor industry.
The government says that similar formulas have been very successful, such as the medical device industry, welcomed by the Free Trade Zone Regime Law, in places with a delimited area and with a set of incentives that the State grants to companies that make new investments in the country.
In an increasingly technology-driven world, Costa Rica is demonstrating that its geographical size does not limit its capacity to become a regional leader in innovation and technology. With the support of strategic partners and a highly skilled workforce, the country is on track to become a true Latin American Silicon Valley.